Creatividad biopolítica y sociedades de control

With the passive danger of entropy and the active danger of sabotaje.
Deleuze, Postscript on the Societies of Control


El poder señala Eduardo Rothe (1) no puede tolerar el vacío, no perdona a los territorios supracelestes el ser descampados librados a la imaginación. Rothe observa que a partir de la “Conquista del Cosmos” astronautas en uniformes blancos, asexuados, dando brinquitos por espacio, capitalizaron la experiencia del tiempo, propiedad de los curas en sotana negra que saturados de mercancías eyacularon en el espacio vedettes in vitro dispuestas en pequeñas cabinas, provincias, leyes y tribunales internaciones.

De igual forma, los medios capitalistas de “producción del espacio” (2) hoy están sufriendo una acumulación tal que los modos de antropizacion y metamodelización de la gerencia territorial, han devenido en un jardín de “territorios existenciales”, en heregoneidades inconcientes al interior de un espacio degradado y vuelto a la experiencia en una actitud psicológica, virtual y polifónica.

I. ¿Virtual, actual, real?

Todo hecho singular es siempre plural, podemos distinguir singularidades plurales o singularidades singulares a fin de comprender su forma universal o particular del devenir actual, virtual o real de su potencia. Una singularidad deviene actual en tanto continuidad o duración del acontecimiento, acontecimiento que en su virtualidad se muestra como una máscara o imagen del acontecer universal y real en su forma coyuntural, pre-política y binaria, por lo tanto abstracta y significante bajo distinciones de lo absoluto.

Una hipótesis posible, según la cuál la virtualización de la experiencia no supone un lugar fenoménico únicamente, sino un realismo ontológico y por tanto un materialismo, radica en la disposición según la cuál se concatena la producción de las subjetividades, o dicho de otra forma, bajo la pregunta por la identidad.

“La identidad de una verdadera entidad (…) debe ser explicada por el proceso que la produjo (…) - por ejemplo - la "fabricación" en los procesos donde el hidrógeno, las estrellas y otros átomos se producen. Cuando se trata de las ciencias sociales la idea es la misma: la organización institucional, las ciudades, los estados-nación son entidades reales que son el producto de procesos históricos específicos según el grado de identidad que hay que tener en cuenta a través de los procesos que los creó y que los mantiene.” (3)

Esta definición de materialismo que propone DeLanda, entiende que el estatus ontológico de los conjuntos es de dos caras: como entidades reales de todas las agrupaciones sociales por un lado y de otro como escala de las singularidades individuales, pero las posibilidades desplegadas para ellos en un momento dado, se ven limitadas por una distribución universal de las singularidades, el diagrama de la asamblea por ejemplo, no es real, sino virtual. (4)

DeLanda muestra que cuando se reemplaza la esencia por la multiplicidad, sustituimos una ontología jerárquica de los géneros, especies y organismos individuales, por una ontología plana que trata a todas las estructuras espaciales como individuos creados a través de determinados procesos causales. De ésta forma – en palabras de Deleuze- es posible distinguir la identidad en términos esenciales por un lado, y en términos continuos por otro, relativo a las verdades de la existencia. (5)

Jacques Attali a propósito del sonido del tambor y del canto, señala que estos son siempre portadores de lenguaje (6), lo que no implica necesariamente que tengan un solo significado que podamos interpretar desde el análisis lingüístico, ya que el lenguaje del tambor y del canto se encuentran en una forma natural, cuya interpretación es siempre artificial.

En las sociedades arcaicas por ejemplo, es a través de ritmos, cantos, danzas, máscaras, las marcas en el cuerpo, la tierra y tótems, los que nos refieren a las formas colectivas, desde las cuáles emergen las significaciones, las máscaras señala Barthes son “el sentido, en tanto que absolutamente puro” (7) en cambio la mirada, pura banalidad estética refinada.

Elicura Chihuaylaf, oralitor mapuche describe en uno de sus bellos poemas que “Las palabras son como el sonido del kultrún” (8), estas resuenan hasta unirse con el pulsar de la tierra en cantos polifónicos de ritmos y bailes de cuerpos suspendidos en el tiempo, hablando de un espacio imaginado dónde habitan. El cuerpo ya no como el espacio, o el refugio, que asegura la idea del yo, sino, por el contrario, el dominio donde el yo es contestado e incluso perdido, lo importante es su resonancia y las vibraciones que se producen en un territorio que le dan vida.

Es a partir de estas inter-conexiones de producción donde emergen las propiedades. La realidad real de la vida, del aquí y del ahora, del tiempo real, cuya metáfora se ha hecho visible en la virtualidad, actualización constante de la realidad, que en sus radiografías polifónicas y multiplicidades, enuncian el antes y el entre del lenguaje, de vibraciones y potencias.

II. Heterogénesis

Ni el espacio, ni el tiempo son lo que han venido siendo desde siempre. El colectivo, sujeto a un espacio móvil, a un habitar y un convivir dentro de un “espacio-público” se ha difuminado, dejado prácticamente vacío el lugar monumental del ágora como dispositivo arquitectónico que movía a la enunciación y práctica política.

El espacio de-fijurado del cuerpo político, cada vez más abstracto, recrea y teatraliza una y otra vez la “miseria de lo cotidiano”, recodificando los escenarios comunes, multiplicando el lugar representacional de su propia apertura, cruzada y dividida por la configuración instantánea de posiciones materiales e imaginarias de las prácticas espaciales.

En dicho espacio practicado de configuraciones, es dónde emergen nuevas cartografías, esbozos de un espacio contractual geométrico, diagramas de flujos que intersectan los vectores de lo humano y lo post humano, como un doble eje de posibilidad al interior de la frontera del tiempo-espacial y la aceleración multiplicante de acontecimientos y yuxtaposiciones.

Pensemos en una fotografía de la multitud, la multiplicidad de los cuerpos y la desaparición de los rostros oponen a la “imaginación espacial” de la imágen-pública con las representaciones de la vida cotidiana, superponiendo producción y deseo a partir de las contradicciones entre las catexias de interés y las del placer, ambivalencia que suele promover valores como los de igualdad, justicia y cooperación en principio tolerables y concepciones políticas y estratégicas aberrantes.

“Desde la perspectiva de la política molecular el mismo individuo puede comportarse como una entidad aplastante de las plurales subjetividades que lo componen. En ese caso, practicaría en su “interior” un colectivismo fascista que revertiría en un comportamiento “exterior” o intersubjetivo igualmente fascista. La propia distinción o segmentaridad dura, cortante entre un interior y un exterior de la personalidad, coadyuva al montaje fascista. La individualidad segmentarizada no puede fungir de elemento fundante de una nueva política.” (9)

Es por esta razón que Deleuze y Guattari dirán que el fascismo implica un régimen molecular que no se confunde ni con segmentos molares ni con su centralización, de esta forma las "líneas" y "segmentos" son restrictivos de la molaridad, en cambio una línea de segmentos bien determinados, se prolonga bajo la forma de un flujo de cuantos. (10)

La auto-producción deseante del colectivo se desarrolla formando un “sistema lineal-binario” de situaciones y efectos al interior de los códigos de registro que soporta el diagrama de flujos y el eje binario conformado por las formas de producción (11). La relación binaria de estos ejes supone un lugar intersticial, un espacio contrageográfico, el cuál se construye a partir de pliegues que al desplegarse, posibilitan nuevos mapas de deslocalización del tiempo, reflujos del ser en la tensión “entre” (12) estos ejes, delimitando el “territorio existencial” que va ha producir nuevas subjetividades.

De esta forma los escenarios imaginados desactivan los lugares en beneficio de los “no-lugares”, mutaciones del tiempo, trastocamiento de los espacios, dónde lo cotidiano se torna en no-cotidiano, desterritorializando permanentemente las comunidades en emplazamientos fronterizos.

La desterritorialización que agencia éste desborde emplaza a la multitud a un éxodo, “defección de masa” como sobreposición del diagrama de códigos y las formas de determinación estructural biopolítica, una esfera pública del intelecto, que fractura las estructuras, semejando una explosión (13); como una detonación en cadena, una multiplicación en todos los sentidos.

Este “plan de consistencia” abre un “espacio afuera” en el cuál emerge un “umbral antopogenético”, una actividad con una dimensión ritual, que se propaga en “los intersticios del tiempo profano” (14), no como inscripción sino como intercambio y traspaso móvil, “…como series que van a penetrarse, a encajarse más allá de las diferencias de tiempo y espacio”. (15)

En una impetuosa carta que Deleuze envía a François Ewald para que se la transmitiera a Foucault, Deleuze se pregunta: ¿cómo concebir las relaciones o las conjugaciones, las conjunciones, los procesos de unificación?

“Yo diría que el campo de inmanencia colectivo donde se producen en un momento dado las articulaciones y donde trazan sus líneas de fuga, presenta también un verdadero diagrama. Por tanto, hay que encontrar la articulación compleja capaz de efectuar este diagrama, operando la conjunción de las líneas o de los puntos de desterritorialización. Es en este sentido en el que yo hablaba de una máquina de guerra, totalmente diferente del aparato del Estado y de las instituciones militares, y también de los dispositivos de poder. Así pues, tendríamos por una parte: Estado-diagrama del poder (siendo el Estado el aparato molar que realiza los micro-datos del diagrama como plano de organización); y por otra parte, el diagrama de las máquinas de guerra, de las líneas de fuga (siendo la máquina de guerra la articulación que realizan los micro-datos del diagrama como plano de inmanencia)” (16).

A este respecto – señala Negri – que el problema es “saber qué parte se encuentra en el lado del poder de la vida que resiste, o del lado de su explotación biopolítica, respecto de la relación que existe entre la diagonal o eje político y el diagrama biopolítico”. (17)
En otras palabras, hay por una lado un espacio virtual anticipado por el tiempo real, constituido de singularidades individuales, y por otro un espacio universal de singularidades universales, formas plurales que suponen una “virtualidad real”, una geometría de ensamblajes.

En el sistema cabalístico por ejemplo, una escalera al cielo promete unirse con la tierra salvando toda distancia a partir de un sistema de armonía numérico que opera y domina el fenómeno para dar un salto “trascendente”, imprimiendo en el sujeto una fe por medio de la armonía enlazada con la gravedad.

Señala Berman (18) que la estructura gnóstica es la plantilla sobre la cual se ha construido el mundo occidental moderno, aunque la ascensión y transformación interna sean ahora ecuaciones y metodologías externas, ambas crean un campo que permite vernos en la historia, sobre un “espacio mental metafórico” que llena la ansia de vacío con una falsa verdad capaz de darnos un sentido de unidad para salvarnos. ¿Salvarnos de qué? Berman dice que la historia oculta es una historia somática, el tabú del cuerpo que la tradición dominante ha reprimido y domado con la ortodoxia, y la contra-tradición que uno ha hecho emerger a ratos con la locura salvaje del hereje.

“No hay menos cosas en el espíritu que superan nuestra conciencia, que cosas en el cuerpo que superan nuestro conocimiento.” (19). Esas cosas que superan nuestro conocimiento, revelan un inconciente del cuerpo, la locura del salvaje, que en el lenguaje intercultural equivale a su “impensado común”, “lo común” que compartimos y que aparece socialmente como externalidades económicas bajo las formas de producción y reproducción. Cuerpo plegado al interior de una representación singular del tiempo, cuya generalidad o despliegue aparece restringido, “temporalizado” como vacío, tanto ante el idealismo de la totalidad como del materialismo de la vida.

Su resistencia radica en un cuerpo que no desaparece como supone la matriz clásica ni se funde con la individualidad moderna, es un agregado singular, descentrado y polimórfico, como una proyección de líneas geométricas y espirales del proletariado contemporáneo.

“¡Y qué espiral es el ser del hombre! (¿Una espiral? Expulsemos lo geométrico de las intuiciones filosóficas y regresará al galope.) En esta espiral ¡cuántos dinamismos se invierten! Ya no se sabe en seguida si se corre al centro o si se evade uno de él. Los poetas conocen bien este ser de la vacilación del ser. Jean Tardieu escribe: Para avanzar giro sobre mí mismo/ciclón por lo inmóvil habitado (Jean Tardieu, Les témoins invisibles, p. 36.) En otro poema, Tardieu había escrito (op.cit., p.34): Pero dentro, ¡no más fronteras!

Así el ser en espiral, que se designa exteriormente como un centro bien investido, no llegará nunca a su centro. El ser del hombre es un ser desfijado. Toda expresión lo desfija. En el reino de la imaginación, apenas se ha anticipado una expresión; el ser necesita otra, el ser debe ser el ser de otra expresión.” (20)

¿Escuchan la música que viene hacia nosotros? ¿creen que es solo ruido?, bárbaros e incivilizados ruidos creyó escuchar la historia lineal del hombre occidental, hasta que el tiempo se diluyó en la música mezclándose, evanesciéndose en el contra-tiempo, sólo ahora parecen audibles los cantos y melodías ancestrales. Lo virtual es aquello que significan las cosas en el drama de su propio concepto, que se actualiza en lo real, realidad que significa al ruido como poder y fascinación (21), “reforzando los fundamentos mitológicos de ésta forma arcaica de soberanía” (22) para más tarde volver a esconderse en una multiplicidad de duraciones heterocrónicas. (23)

Ésta dualidad expresa el sonido del tambor y los cantos, las máscaras o los puntos que trazan una línea, no como una sucesión de fases, sino como una proyección. Es por ello que es un límite, cuya mejor representación es la geométrica, y el mejor ejemplo de él; el horizonte, aparente, sensible, geométrico y físico.

Seamos claros, las sociedades no se definen por la contraposición de sus representaciones colectivas, sino por las líneas de fuga que se le escapan y vuelven a ellas para modificarlas en su significado. (24)

III. 2 Micros tomadas en Pza Italia!!!!!!!!!!OMG!

"La MASA humana está en estos días más vándala que ciudadana", "El descontento anda por ahí, muy suelto, en estado salvaje" (25) así se refiere un diario local al secuestro de dos micros en Plaza Italia, en pleno centro de Santiago. No se trataba de un secuestro terrorista, o de un asalto, o de una emboscada de piratas sufies, sino de los mismos pasajeros, trabajadores y estudiantes, que simplemente querían llegar a sus casas.

La micro estuvo detenida más de una hora y pese a la presencia de la policía, ningún pasajero quiso desistir del “estado salvaje” en el que se encontraba hasta lograr su cometido, el operador del transporte le dice a la prensa “yo trabajo para Pudahuel y toda la gente va para Quilicura”, “¡se tomaron el bus!”, luego señala “yo no puedo salirme de mi recorrido”, pese a ello luego de conversaciones con el encargado de la línea se logró terminar como señala el periodista “con éste secuestro virtual”, y la micro no fue a Pudahuel sino que llevó a los pasajeros a la plaza de Quilicura.

Lo que es interesante en el agenciamiento de éstas prácticas, es que no están inscritas al interior de una arquitectura tradicional. Sino que plantean una arquitectura somática de prácticas “situadas” en el intersticio. Intercambio e hibridación potensian la creatividad y abren posibilidades inesperadas de pensar y de actuar en la esfera pública (26), mediante el intercambio de metodologías y el cruce de nuevas herramientas se van articulando y multiplicando los centros y los puntos de fuga que posibilitan la aparición de nuevas subjetividades políticas.

Podríamos extrapolar la noción de idea, para suponer que la noción de centro en Deleuze es un “lugar ideal” cuyo movimiento define el espacio abstracto contrapuesto a lo posible, posibilidad real, que no siempre coincide con lo actual (27), realidad definida según la resonancia interna del sistema, como parte de la anulación de su diferencia constitutiva y posible en un centro actual constituido por una multiplicidad de singularidades.

En un interesante pasaje en “Micropolítica y Segmentaridad”, Deluze y Guattari se refieren a los centros como “una multiplicidad de ojos animistas” en el sentido de que estos no resuenan en un mismo punto, no son concéntricos, sino que en la segmentaridad circular (28) cada agujero está ocupado por un ojo animal diferente, rostrificaciones animales que en un régimen segmentario duro aparecen sustituidas por un macrorostro, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna.

De esta forma actúa el actual sistema político, al unir y yuxtaponer subsistemas, pone de manifiesto todo tipo de compartimentaciones y procesos parciales que no se continúan entre sí sin que se produzcan desfases o desviaciones, los ejemplos más claros de ello son la división social del trabajo, la formas de producción inmaterial y la gubernamentalidad biopolítica.

Unos meses antes del “secuestro virtual” de micros, las mujeres del Movimiento ANDHA Chile, a vistas del remate de sus viviendas y luego de un intento de ocupación del centro de la ciudad, deciden ocupar las riveras de Río Mapocho, desplazándose con los días contra corriente para asentarse a una cuadra de Plaza Italia, exactamente a un costado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile que en esos momentos se encontraba en toma, “fabricando” de esa forma un antecedente insólito de la resistencia social al menos desde la Unidad Popular, que dada la urbanización del entorno nos sumerge en la memoria subjetiva de los límites de una ciudad marcada por el río, estética de la marginalidad, que es a su vez el espacio central de la capital.

Casas sin fachada caminan por el río amenazando con arder en llamas, para aparecer y desaparecer nuevamente en el espacio abstracto del ágora, prácticas situadas en la orilla - sí, en la orilla - al interior de los centros de la ciudad, prácticas situadas en los bordes que van desencadenando un amplio apoyo de diversos sectores excluidos, que ven en ellas la única salida a sus necesidades, gestión de las necesidades que ponen en juego a la vida, interpelando a la gestión biopolítica, de la vivienda y el transporte, como de los servicios en general, como el agua, el gas, el suministro de electricidad, los medios de comunicación y el acceso a los conocimientos.

Estos movimientos lejos de optar por la fuga poética, la estética banal o la ocupación de espacios abandonados o periféricos, han decidido recuperar-ocupando los espacios centrales vacíos de la ciudad, desterritorializando las estructuras rígidas reterritorializando los módulos, removiendo las grietas, sus fronteras y deslindes.

El sujeto se reconoce exactamente ahí, en el no lugar del pliegue, fuera de todo territorio delimitado, o dónde el límite se ve sobrepasado, en los muchos “entres” del borde que agencia singularidades y permite devenir en una pluralidad de cuerpos inorgánicos que trascienden a las determinaciones físico-espaciales.

Esta interrelación continua anima toda clase de relaciones intersubjetivas, inversión de los “entres” que va de la mano de conflictos estructurales con cada vez mayor intensidad y frecuencia permutandose y traduciendose en un funcionamiento eficiente de sus composiciones, deviniendo en acoplamientos estables de segmentos que actúan como máquinas moleculares que al segmentarse hacen estallar la vida ordinaria y sus molaridades.

Para referirse a los espacios o segmentaridades duras que tienen “la energía de yuxtaponer en un lugar verdadero muchos espacios y localizaciones que son incompatibles”, Foucault hablaba de “heterotopias”. Las Heterotopías son una suerte de manifestación del espacio en el que vivimos, que son al mismo tiempo míticos y reales.
Son lugares representados, impugnados, que si bien son reales contrastan con la realidad de todos los lugares, son espacios mixtos que se diferencian de la utopía ya que descubren su ausencia cuando no se ven ahí en el lugar dónde están, en cambio la utopía es un lugar que permite verse allí dónde se está ausente, “un espacio virtual que se abre detrás de la superficie”. (29)

Pero los espacios que nos interesan –señala Doina Pretescu- son los de adentro, las “alterotopias”, que son otro tipo de espacios, tanto espacios “del otro”, como los espacios construidos y compartidos “con otros” con “los que se diferencian de nosotros y que son importantes para nosotros”. (30)

Lo importante en la construcción de estos espacios –afirma DeLanda- es su variabilidad, su complejidad y no su permanencia en términos históricos de homogenización y rutinización promovidos por el esquema hilomórfico, el potencial del comportamiento nos permite pensar el origen de la forma y de la estructura, no como algo impuesto del exterior ante una cosa inerte, no como comando jerárquico preexistente o como en una planta de fabricación, sino como algo que puede venir desde dentro de la misma materia, como una provocación en la cuál la forma se encuentra fuera de la materia y les permite que tengan una opinión en las estructuras que creamos. (31)

Estos lugares son por naturaleza catalizadores de nuevas formas de agenciamiento descentrado de prácticas democráticas, creatividad no equivalente a la relocalización de la política central ni a la gestión liberal del municipio, sino a la reconstrucción y actualización constante de conexiones con otros proyectos locales, redes que nos llevan una 'trans-democracia” situada y emergente de una subjetividad colectiva a gran escala.

Esta inversión de los umbrales como práctica contra-captura, nos permite superar la condición anónima en la que nos encontramos, creando en los intersticios y sumando en las diferencias contribuimos a la re-subjetivación del espacio. A partir de la construcción de esta subjetividad rizomática de micro-dispositivos espaciales, anti-arquitectónicos, flexibles y líquidos, es posible de insertar en los contextos metropolitanos esterilizados un proceso de re-subjetivación y creatividad biopolítica, contribuyendo a la reescritura de las diferentes zonas urbanas inaugurando un nuevo discurso más allá de las metáforas de interés de lo público y lo privado.

Notas

*Trabajo presentado en el III Coloquio Nacional de Biopolítica: Crisis, Miedos y Sociedad de Control (Valparaíso, Octubre 2009)
(1) Rothe Eduardo. “La conquista del espacio en el tiempo del poder” Internationale situationniste, Nº 12 (Septiembre de 1969) Traducción del francés: Diego L. Sanromán en Multitud; Colaboratorio de singularidades simbiontes http://colaboratorio1.wordpress.com/
(2) “El concepto de producción del espacio desarrolla un concepto ya muy conocido, clásico, reiterativo: el de producción, pero indica un cambio en la producción, en las fuerzas productivas; se pasa de la producción en el espacio a la producción del espacio". Lefebre Henri: The Production of Space, Trans. Donald Nicholson-Smith Blackwell, Oxford, 1991
(3) Deleuzian Interrogations: A conversation with Manuel DeLanda , John Protevi and Torkild Thanem http://www.dif-ferance.org/Delanda-Protevi.pdf
(4) DeLanda Manuel. A new philosophy of society: assemblage theory and social complexity, Continum 2006, p. 40
(5) Sobre el sujeto y el predicado, composibilidad e incomposibilidad en Deleuze Gilles, Clase II La exasperación de la filosofía, Cactus, 2006, p. 57
(6) “The drum and song have long been carriers of linguistic meaning”. Attali Jacques. Noise: the political economy of music. Sacrificing p. 25
(7) Barthes Roland. La cámara lúcida. Paidós 3ª Edición, 1994. P. 77
(8) “Ti zugun ta Kultrun zugun kechiley”. Femgechi Amuley ñi Pewma Ñi Pelon Kintun. Elicura Chihuailaf
(9) Duchesne Juan. El comunismo molecular de Felix Guattari, Nómada 2 1995, p. 3
(10) Deleuze y Guattari. Mil Mesetas. Edit. Pretextos. Valencia. Traducción José Vázquez Pérez —con la colaboración de Umbelina Larraceta. http://mesetas.net
(11) What makes a biopolitical space? A discussion with Toni Negri; Antonio Negri, Constantin Petcou, Doina Petrescu, Anne Querrien en www.eurozine.com
(12) “Lo que define la multiplicidad no son los elementos ni el conjunto sino el Y, el Y como algo que ocurre entre los elementos o entre los conjuntos. Y aunque solo haya dos términos hay un Y entre los dos, que no es ni uno ni otro, ni uno que deviene el otro, sino que constituye precisamente la multiplicidad.” En Deleuze Gilles- Claire Parnet. Diálogos. Editorial Pretextos. Paris 1977, trad. 1980. (Diálogos 3)
(13) La palabra explosión deriva de la palabra "multiplicacion: (hebreo raba): que significa una multiplicacion en exceso; escandalosa; exagerada; explosiva de los espacios de circulación, y conexión efímera eliminando todo residuo de escena pública. Es una concepción endo-subjetiva emergente, contraria al reduccionismo, ya que interconecta las fronteras, no las delimita.
(14) “Si el rito, además de propagarse en todos los intersticios del tiempo profano, nos da además alguna noticia acerca del posible funcionamiento de una República no estatal” Ambivalencia de la multitud, entre la innovación y la negatividad. Paolo Virno, 2006 Tinta Limón Ediciones. Traducido por Emilio Sadier y Diego Picotto, Buenos Aires Argentina. p. 69
(15) Sobre el pecado y la redención, Deleuze, Clase II La exasperación de la filosofía, Cactus, 2006, p. 58
(16) Artículo publicado en la revista francesa Magazine Littéraire, nº 325 (número dedicado a Foucault), octubre 1994, pp. 57-65. Este texto fue enviado en 1977 por Deleuze a François Ewald para que se lo transmitiera a Foucault. Su intención era reiniciar el diálogo con Foucault, interrumpido en 1977. El texto quedó sin respuesta. Estas notas son por tanto el último testimonio del intercambio Deleuze-Foucault.
(17) What makes a biopolitical space? A discussion with Toni Negri; Antonio Negri, Constantin Petcou, Doina Petrescu, Anne Querrien en www.eurozine.com
(18) Berman, Morris (1989). Coming to Our Senses: Body and Spirit in the Hidden History of the West.
(19) Deleuze, Gilles. “Spinoza: Filosofía Práctica”, Tusquets Editores 1981, primera edición francesa de 1970, p. 28.
(20) G. Bachelard. Dialéctica de lo de dentro y de lo de fuera Capítulo IX de La poética del espacio, ed. Fondo de Cultura Económica Traducción de E. De Champourcin
(21) “Noise is the source of power and the power has always listened to it with fascination” (El ruido es fuente de poder y el poder se ha escuchado siempre con fascinación) Attali Jacques, “Noise and Politics”, Audio Culture: Readings in Modern Music. New York/London: Continuum Books, 2004. pp 7-10.
(22) Battaille Georges, Lo que entiendo por soberanía, 1ª Edic. 1996, Paidos (1976 Éditions Gallimard, París) p. 96
(23) Deleuze, Gilles. Conferencia inédita sobre le Temps Musical. IRCAM (Institut de Recherche et Coordination Acoustique/Musique), 1978. Traducción: Ernesto Hernández
(24) Veáse “Mil Mesetas”, el capítulo sobre “Micropolítica y Segmentaridad” como también la nota de Deleuze sobre Tarde en “Diferencia y repetición”.
(25) Referencia al El Diario Las Ultimas Noticias en el video “Transantiago Dia 4: Micros tomadas” disponible en http://www.dailymotion.com/video/x1jrfj_transantiago-dia-4-micros-tomadas_news
(26) Doina Petrescu. “How to make a community as well as the space for it” en http://www.re-public.gr/en/?p=60
(27) "Reales sin ser actuales, ideales sin ser abstractas" (Proust) en “The Method of Dramatisation” Gilles Deleuze Paper presented to the Société française de Philosophie, 28 January 1967. Bulletin de la Société française de Philosophie, vol. LXII, 1967, pp. 89-118.
(28) La noción de segmentariedad ha sido construida por los etnólogos para explicar las llamadas sociedades primitivas, sin aparato de Estado central fijo, sin poder global ni instituciones políticas especializadas. En este punto, nos interesa oponer segmentaridad “suave” o “flexible”, con la segmentaridad “dura”.
(29) "Virtual space that opens up behind the surface", M. Foucault: "Espace des Autres", publicado por la revista francesa Architecture /Mouvement/ Continuité en octubre de 1984, fue la base de una conferencia pronunciada por Michel Foucault en marzo de 1967. Aunque no se fue corregida para su publicación por Foucault y por lo tanto no forma parte del cuerpo oficial de su trabajo, el manuscrito fue publicado en el dominio público de una exposición en Berlín poco antes de su muerte. Traducido del francés al inglés por Jay Miskowiec.
(30) C. Petcou, D. Petrescu. “Acting Space: transversal notes, on-the-ground observations, and concrete questions for us all”, in Urban ACT, aaa-peprav, 2007
(31) DeLanda, Manuel. Material complexity. Ponencia en seminario Digital Tectonics, University of Bath, Bath, marzo 2002.